La presidenta de la Asociación de Profesores de la UCLA (Apucla), Déborah Velásquez, rechazó nuevamente el 54% de incremento anunciado por el Gobierno Nacional. Con una concentración a las afueras del rectorado de dicha casa de estudio, los gremios que hacen vida en la institución iniciaron a demostrar su descontento dentro de lo que será el paro de 48 horas que inicia hoy.
Repudiaron que la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela (FTUV), haya sido la única organización en aceptar un aumento que han catalogado como “miserable”.
“No es posibles que sigan quitándonos cosas y nosotros sigamos silentes. Nos van a quitar tantas cosas que hasta la lucha no se podrá hacer”, indicó la sindicalista, quien aseguró que las acciones que se generarán a partir de hoy serán el inicio de diferentes actividades de calle.
Para el gremio obrero, administrativo y docente, es necesario que se produzca un cambio y dar muestra de la molestia que existen en las universidades del país.
Velásquez señaló además que la situación ya no es algo que afecte únicamente las casas de estudio y por lo tanto es muy poco probable que exista una mejora si no se produce un cambio rotundo en las políticas que actualmente se implementan en Venezuela.
Los reclamos hacia el ministro de educación superior, Jorge Arreaza, continúan. A pesar del ajuste realizado, los trabajadores universitarios han expresado que el mismo se mantiene ausente de su cargo y que muestra de esto fue el hecho de no haber desarrollado los acuerdos que se tenían con el pasado responsable de la educación universitaria, Manuel Fernández.
Una cláusula de contingencia en donde los empleados percibieran todos los aumentos decretados por el Gobierno nacional, se esperaba de parte de los profesionales de los distintos sectores, pero la misma no se ha implementado, lo que ha generado un mayor declive en sus salarios.
La presidenta de Apucla además se mostró creyente de que la masa estudiantil debería unirse a la lucha que se está llevando a cabo, asegurando que las decisiones que se han tomado se han hecho con la mayor responsabilidad y por la búsqueda de una educación digna, en donde no solo los trabajadores, sino también los estudiantes perciban los beneficios correspondientes en condiciones óptimas. “Ya es suficiente de que dejen de tener prácticas por no tener los materiales, o se cancelen las clases por falta de comedor”, concluyó.
